dissabte, 17 de desembre del 2011

Inhibición farmacológica de la lactancia


Publicado por Patricia López Izquierdo (en gallego) en Bico de Leite.

Hay ciertas situaciones en las que tomar pastillas para cortar la leche resulta una buena opción, como puede ser cuando una mujer hace unas horas que ha tenido a su bebé y no desea iniciar la lactancia materna.
En este caso, la cabergolina, que es el fármaco más ampliamente utilizado hoy en día para este propósito, causa una marcada reducción en el nivel de prolactina en la sangre , en la mayoría de los casos (aunque no siempre) impidiendo así el aumento de la producción de leche.

Sin embargo, es necesario señalar que:
Este medicamento no está exento de riesgos, y con frecuencia causa efectos secundarios como mareos, vómitos, dolor de cabeza e hipotensión. Estos efectos son generalmente atribuidos al post-parto inmediato y se confunde con el estado “normal”, sin serlo.

Toda mujer debe estar bien informada de los posibles riesgos de tomar este medicamento, a priori y durante el tiempo que lo esté tomando. Así como del peligro para la salud que significa suprimir la lactancia, a corto y largo plazo, para ella y su bebé.

Desafortunadamente, hay muchas otras circunstancias en las que se prescribe este medicamento a las madres, con el fin de suprimir la lactancia natural, aunque el éxito es dudoso.

Hay que tener en cuenta que una vez transcurridas las primeras semanas después del nacimiento, los niveles de prolactina, naturalmente, vuelven a la normalidad. La producción de leche estará regulada entonces por la succión del bebé y por el vaciamiento de la mama.
En ese momento la cabergolina tendrá por tanto poco o ningún efecto sobre la función de la glándula mamaria, y en la lactancia en sí. Las píldoras no tendrán el efecto deseado de “cortar la leche” (aunque puede tener otros efectos secundarios, y casi siempre en algún grado disminuirá la producción).
Con demasiada frecuencia vemos madres con ingurgitación y dolor, por la simple acumulación de leche después de tomar las píldoras que se supone que “eliminan la leche”.

Situaciones que se producen a menudo:
- Mastitis: en estos casos es especialmente peligroso el destete o dejar de extraer leche. Es necesario seguir extrayendo la leche materna durante el proceso de curación, evitando la formación de abscesos. Este tipo de medicación ha de ser especialmente evitada en caso de mastitis.

- Destete brusco: simplemente cuando la mujer expresa su deseo de dejar de amamantar “aquí y ahora” por mil y una razones, justificadas o no, se suele prescribir cabergolina con la idea de que la producción de leche desaparece inmediatamente sin mayor complicación… Entonces, viendo a las madres con los pechos hinchados y riesgo de mastitis por ingurgitación, junto con posibles efectos secundarios, el profesional que ha prescrito el medicamento, además de la madre, se suelen sentir desorientados con lo que pasó contrario a sus expectativas.

Con el tiempo, en estos casos la leche acaba por desaparecer, pero al igual que lo haría sin la succión y estimulación en días o semanas,y sin tomar el medicamento.
Hay que recordar que destetar es un proceso que siempre debería hacerse gradualmente. No se necesita ningún medicamento y, sobre todo, es una decisión que la madre ha de tomar libremente después de haber sido debidamente informada de todas las opciones posibles y las consecuencias de puede tener su decisión para ella y su bebé.

Patricia López Izquierdo, en Bico de Leite.
IBCLC (Consultora de Lactancia Certificada)

.http://asociacionsina.org/2011/12/10/inhibicion-farmacologica-de-la-lactancia/#more-13145
http://bicodeleite.blogspot.com/2011/11/inhibicion-farmacoloxica-da-lactancia.html