Desde el quinto mes de embarazo el pequeño escucha la voz de su madre y empieza a familiarizarse con ella. Cuando nace, todo le parece extraño y hostil menos la voz de su mamá (y de su papá), y escucharla de nuevo le tranquiliza y le hace sentirse más protegido, como si aún permaneciera en el cálido ambiente del útero materno.
La medicina más natural
Por eso es tan recomendable que las madres dediquen palabras cariñosas a sus bebés... y que les canten nanas en voz bajita y al oído (hasta los 6 meses tienen los tímpanos muy sensibles), no sólo porque escucharlas les da seguridad, sino por más razones:
- La cadencia monótona de estas canciones es similar a la de los latidos del corazón, lo que les relaja mucho. Y no es palabrería: está demostrado que la frecuencia cardiaca y el ritmo respiratorio de los bebés disminuye mientras están escuchando nanas, lo que les ayuda a conciliar el sueño y a sentirse mucho mejor si están enfermos.
- El tono cariñoso de la voz de mamá o de papá les hace sentirse queridos y cuidados, lo que contribuye a reforzar sus lazos de unión. Y es que al bebé le gusta mucho que también su padre le cante nanas. Aunque tradicionalmente son las mujeres las creadoras e intérpretes de estas canciones, está claro que los niños también conocen la voz de su papá desde que estaban en el útero materno y, además, sienten predilección por los tonos graves (les resultan mucho más agradables que los agudos).
- Al mecer al bebé al ritmo de la nana, el efecto sedante de la canción aumenta. De hecho, los antropólogos aseguran que las madres empezaron a mecer a sus bebés moviéndolos en las rodillas y cuando se dieron cuenta de que su voz ayudaba a los pequeños a calmarse, acompañaron estos balanceos con improvisadas canciones de cuna. Estos movimientos rítmicos también alivian las molestias por cólicos y gases, favorecen el proceso digestivo y ayudan a los niños a perfeccionar el sentido del equilibrio.
Despiertan su inteligencia
El objetivo fundamental de las nanas es tranquilizar al bebé y ayudarle a conciliar el sueño, pero también pueden utilizarse para favorecer su desarrollo intelectual (si no te sabes ninguna nana puedes cantarle cualquier canción moderna, siempre y cuando lo hagas bajito).
Tenlo en cuenta y mientras cantas a tu hijo, acerca tu cara a la suya, a unos 25 centímetros de distancia para que pueda verte bien, vocaliza mucho y adapta tu tono de voz a los giros de la canción. Tu pequeño observará fijamente tus expresiones, lo que le ayudará a mejorar su capacidad de atención y a perfeccionar su sentido del oído.
Aunque aún no entiende lo que le dices, al escuchar tus nanas y mirarte mientras se las cantas irá archivando en su memoria muchas de tus palabras y el tono con el que las pronuncias, algo que cuando empiece a hablar le servirá de gran ayuda.
Desde: www.crecerfeliz.es
- Te recomiendo leer LA CULTURA DE LAS NANAS , un bonito texto desde El Blog Alternativo .
- Y no puedo dejar de colgaros este estupendo vídeo, donde un perro calma el llanto de un bebé con sus aulidos... con su nana. Es precioso!